En muchas otras ocasiones, a estas alturas del mercado Diego Simeone andaba bastante inquieto, ante el acecho de gigantes europeos sobre alguna de sus figuras. En su primer episodio (2012), por ejemplo, nadie respiró en el Atlético hasta que el reloj dio las 00.00 y cesó la amenaza sobre Radamel Falcao, que venía de soltar una atronador aullido, con un triplete en la final de la Supercopa de Europa ante el Chelsea. Cuando ya no estaba el colombiano, surgió el nombre de Jan Oblak, observado y deseado desde la Premier y asociado tantas veces al camino del PSG. Y así… El Cholo ha vivido a menudo con intriga la realidad de tener a alguien en la diana. De ahí que siempre haya repetido aquello de: «Hasta que no se cierre el mercado…».
Ayer, en la previa del partido ante el Villarreal (16.00 horas), Simeone no andaba nada agitado por el asunto. Y eso que la puerta no se cerrará hasta el próximo lunes 5 de octubre. La crisis mundial desatada por el coronavirus ha obligado a los tiburones de Europa a esconder sus colmillos. Así que el núcleo principal del Atlético, impulsado en este arranque por la fantasía de Joao Félix, no corre ningún peligro. «La idea es hacer tres o cuatro cambios como máximo, excepto si algún jugador ejercitase su cláusula de rescisión», sostenía Miguel Ángel Gil, máximo accionista del club, días después de descarrilar en Lisboa ante el Leipzig.
Y como nadie parece que vaya a recurrir a su cláusula para salir del equipo, tras los fichajes del segundo portero Grbic y, sobre todo, después de captar al goleador Luis Suárez, en base a aquella frase, sólo le restarían uno o dos retoques a la plantilla. En esas aparece el nombre de Lucas Torreira, centrocampista uruguayo, amigo y compañero de selección de Suárez, cuya cesión desde el Arsenal parece bien encaminada. Eso sí, siempre que se encuentre cobijo a alguno de los mediocentros. Herrera tiene muchas papeletas para cambiar de camiseta. Porque Diego Costa, salvo que alguien reúna la suma suficiente para pagar su salario o decida otra cosa, seguirá junto al Cholo. Y lo hará con entusiasmo. Al menos eso es lo que habló con el míster. «Sabe lo que quiero de él, lo que necesito y tenemos en mente», insistía ayer Diego Simeone.